LONDRES

Allí estás, recién aterrizado en Londres, con el mapa del metro en la mano, intentando entender esas 15 líneas de colores. Sobre ellas destaca una más ancha, de color azul claro, serpenteante como un intestino que se prolonga de oeste a este de la ciudad, convertida en la principal referencia: el río Támesis, The Thames.

Recorrer sus márgenes es una buena opción para conocer la ciudad, aprovechando el ancho cauce de turbias aguas para obtener unas vistas panorámicas, esas que el fueraborda de James Bond vuelve a dejar atrás en Spectre… 

Leer el artículo completo en Viajes National Geographic, nº 191, 2016.